VUELO, PALABRA Y TERNURA
Las mariposas para nuestros
juegos
venían en tropel frente a la casa,
interrumpiendo el ritmo de su vuelo
sobre los ramilletes de las salvias.
Entonces era hacerlas prisioneras
para llevarlas
luego confinadas
a la cesta cubierta con un lienzo
-apariencia de rústica
piñata-
suspendida de un árbol.
El encierro lleno de flores
para alimentarlas.
Seguían agitándose
allá dentro en una leve
rebeldía de alas.
Después, toda emoción,
aquel momento silencioso,
feliz, de libertarlas.
Tan solo un golpe
al desprender el lienzo
y un volcán de
colores estalla.
-Luisa del Valle Silva-
(Sin tiempo y sin espacio, 1963).
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