TRAPO NACIMIENTO
Solo cuando aquellas manos son capaces de transformar el odio y la miseria en amor, esperanza y alegría es que nacemos los muñecos y muñecas de trapo. Nacemos de un parto popular de resistencia y nacemos preñadas.
Tras muchos juegos y cantatas damos a luz alegría, sonrisas, carcajadas, esperanza y confianza en lo que somos como pueblo.
Nuestra preñez dura menos de un día a veces menos de una hora, parimos a cada ratico entre las manos parteras de niñas y niños y los hijos e hijas que lanzamos a este mundo se incuban en los pechos de la infancia, habitan en ellos para siempre pero no en cautiverio, cuando les da la gana y cuando la matria les necesita salen revoloteando en canciones, en bríos, en amor propio, en lealtad a nuestra invisibilizada clase.
Y por supuesto en poderes creadores, inventores y disposicioneros.
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